viernes, 3 de julio de 2015

Viko Fetish

Cuando era niña tenía un claro sueño, quería ser actriz. No una actriz cualquiera, quería ser como mis famosos ídolos: rebelde, sexy, agresiva, única... pero también elegante, como una pantera negra, como Marilyn, Rita o Kat; adoro a Audry pero, reconozcámoslo, ella y yo no somos para nada del mismo estilo.
Quería marcar diferencia, como hicieron ellas, demostrar que el descaro y la libertad de una mujer no iban reñidas con el saber estar y el don de hacer que todo caballero se quitara el sombrero ante ellas con total respeto y devoción.
Quería ser actriz porque adoraba poder sacar todos mis yos sin sentirme culpable. Para mí no era fingir, era ser, ser una parte de uno mismo que se suele esconder.
Siempre quise ser la mala, me encantaba ser buena, que le vamos a hacer, me sale sólo, pero había una parte de mi, una pequeña Viko, que quería portarse mal. Pero siempre he hecho caso a mi angelito del hombro, de lo cual no me arrepiento. Por eso ser actriz, ser la mala, suponía dejar libre a esa pequeña Viko sin consecuencias, al revés, el papel de mala siempre es más divertido.
Ha pasado el tiempo y entre responsabilidades y frustraciones sin darme cuenta lo he conseguido; ahora esa pequeña Viko perversa convive a la perfección con la dulce y bondadosa Victoria.
Ahora soy lo que quiero ser.

3 jul 15, Madrid